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INTELIGENCIA SEXUAL EN PAREJA

INTELIGENCIA SEXUAL  EN PAREJA
LLAMA PIDE CITA 251 04 41

TERAPIA DE PAREJA GESTALT. EN CANCUN

lunes, 31 de octubre de 2011

TESTIMONIOS DE PAREJAS CON DISFUNCIONES SEXUALES







"Teniamos una vida sexual muy plana y sin mas cambios que de sabanas, no era placentero para ninguno pero no sabiamos que hacer.
Suena realmente absurdo ya que lo vemos desde terapia, pero asi era.Estabamos aburridos y eramos aburridos uno con el otro.
Pensamos que no formabamos una buena pareja aun amandonos. Una buena amiga nos hablo de esta terapia y de la gran posibilidad de aprender que teniamos. A ella y su esposo les salvo la relación y aca estamos.... Realmente nos vamos sintiendo mucho mejor cada vez más.
RECOMENDAMOS REAPRENDER SEXUALIDAD Y TRABAJAR EN LA RELACION DE PAREJA
Y EN LA VIDA SEXUAL."
Moi y Sanaelí

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IMAGENES SEXUALIDAD Y SENSUALIDAD

viernes, 10 de junio de 2011

10 TIPS PARA MEJORAR LA SEXUALIDAD MASCULINA. LLAMA pide cita 251 04 41

 
Existe la posibilidad de generar una nueva sexualidad masculina, más sensible a las necesidades propias y a las de su pareja, si se comienza al menos con estos primeros diez pasos.
El doctor Ezequiel López Peralta les llama “tareas”, y las presentó esta mañana en el Simposio Universitario Sobre Educación Sexual (SUSEX), que se celebra esta semana en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Cayey.
“El 90 por ciento de la fuente de la excitación (del varón) son los genitales”, comenzó por reconocer el experto en sexualidad humana. “No nos tomamos el trabajo de analizarnos a nosotros mismos para ver qué otras zonas tenemos”, agregó para acto seguido enumerar esas “tareas para una nueva sexualidad masculina”.

1) Autoestimularse en otras zonas más allá de los genitales.

2) Animarse a permitir o pedir a la pareja que explore esas otras áreas erógenas.

3) Indagar sobre otro tipo de deseos y fantasías íntimas. Que se pregunten: ¿Qué es lo que me gusta, estimula? ¿Qué -en cambio- me genera inhibición?

4) Respetar los propios deseos y necesidades.

5) Conocer la perspectiva erótica de la mujer, que no piensa, actúa ni siente como el hombre. El sexólogo argentino destacó que “la mujer no busca la saciedad. En principio (su proceso) tiene que ver con la búsqueda de intimidad, afecto, erotismo, acercamiento, muchísimas cosas más, pero no necesariamente con una saciedad (de placer sexual, genital)”.

6) Animarse a preguntar sobre todo aquello que se desconoce, intriga, produce duda, temor o inseguridad.

7) Atreverse a manifestar sus sentimientos con claridad. López Peralta reconoció que estas últimas dos reglas suelen ser vistas por el varón como muestra de debilidad, algo que a su juicio le impide reconocer más plenamente su realidad sexual.

8) Aceptar las variaciones de nuestra respuesta sexual a lo largo de los años.

9) Pensar que nuestro funcionamiento sexual no es una máquina perfecta y está sometido a variaciones que tienen que ver con factores internos y externos a nosotros; tratar de reconocerlos.

10) Animarse a vivir una sexualidad sin prisas, sin ansiedades e integrar la sexualidad con el afecto. Esto último acercará más la sexualidad masculina a la femenina.

Ante daños en la relaciòn de pareja. Acudan a Terapia , donde podran sanar, explorar sus emociones y establecer criterios para reencontrarse emocional y sexualmente. 


martes, 19 de abril de 2011

LA FRECUENCIA EN LAS RELACIONES SEXUALES. LLAMA PIDE CITA 251 04 41 EN CANCUN.


Deja la lujuria un mes y te dejará ella tres (Refrán popular)
"Cuidado con el sexo... que es victima de la ley de la POCA frecuencia" D. Meyer


Sabemos que el deseo sexual generalmente disminuye – hasta cierto punto - con la edad y con la duración de la relación. Sin embargo, también sabemos que, después de haberse alcanzado esa disminución relativa, muchas parejas se estabilizan en una frecuencia de aproximadamente dos coitos semanales y mantienen dicha periodicidad por décadas. Una posible explicación la encontramos en la denominada “ley de Fisher”.
Según B. Fisher, destacado investigador canadiense, mientras más relaciones sexuales tengamos, mayor será la cantidad de sexo que nos pida nuestro cuerpo y, viceversa, mientras menor sea la frecuencia, menor será el deseo sexual. Cuanto más interactuemos con nuestra pareja de una manera sensual, táctil y afectiva, mayor será nuestra predisposición neuronal a sentir deseo. En este sentido, la sexualidad no funciona como otras apetencias físicas. Por ejemplo, si ingerimos alimento bien seguido, nos sentiremos saciados y, por el contrario, si pasamos mucho tiempo sin comer, tendremos una sensación de hambre que no disminuirá precisamente con el paso del tiempo. En cambio, hombres y mujeres tienden a masturbarse más frecuentemente cuando están practicando sexo más seguido con su pareja, en vez de cuando lo han realizado n formas más distanciada.





En otras palabras, nuestro organismo tiende a condicionarse a la cantidad de actividad sexual a la que lo habituemos. Si estábamos acostumbrados a una cierta cantidad y ésta disminuye abruptamente, sentiremos inicialmente un acrecentamiento de nuestro apetito sexual; sin embargo, si no lo satisfacemos, a la larga nuestro cuerpo se ajustará a la nueva frecuencia. Si no practicamos ninguna actividad sexual por un largo período,incluso el deseo sexual puede llegar a virtualmente desaparecer.Similarmente, si hemos aumentado la periodicidad usual, en vez de sentir menos apetencia, ésta será mayor después de un breve período de saciedad. Es decir, no solo nos adaptaremos a dicha mayor frecuencia, sino que nuestro cuerpo nos pedirá más. Al analizar la fisiología del deseo sexual podemos comprobar que los centros cerebrales que lo desencadenan son los mismos que se activan al consumir cualquier droga (Doidge, 2008). Por lo tanto - en términos fisiológicos - el grado de deseo sexual va a depender de su "consumo"; es decir, a más relaciones sexuales (satisfactorias) mayor deseo.



Por lo tanto, si por algún motivo se ha producido un distanciamiento relativamente prolongado en la pareja, la libido tenderá a disminuir. Puede que, inclusive, aunque sean superadas las condiciones que provocaron la distancia, el deseo no vuelva, como si el sexo hubiese dejado de estar presente en sus vidas. Es posible que ellos se amen, se comuniquen y la pasen muy bien juntos, pero no reaparece la pasión.
Si la ley de Fisher fuese correcta, entonces se podría reconsiderar la mala fama que tiene el sexo programado y “rutinario”. Hemos escuchado hasta el cansancio que el sexo espontáneo es mejor y que hay que huir de la rutina, innovar lo más posible, por lo  que hay que variar los días, horas y lugares en que se tiene relaciones sexuales. Sin embargo, la opinión de la mayoría de los sexólogos apunta a que la sobrevalorada espontaneidad es más bien un atributo de la adolescencia y juventud temprana, así como de los primeros tiempos de vida de la pareja. Hay quienes además ponen hasta ésto en duda y sostienen que en los inicios de la relación en realidad se planificaba con detalle cada encuentro sexual para que fuese más placentero (p.e. cuando se ponían de acuerdo en ir a un motel).



Así que estamos ante uno de los tantos nuevos mitos sexuales. Tal como lo expresa Esther Perel (2007), el mejor sexo en pareja es premeditado, voluntario e intencional. Si no se programa, puede que desaparezca, porque la época de la espontaneidad ya pasó. Efectivamente, fuera de que es muy difícil que los dos miembros de la pareja tengan deseo sexual al unísono, en la vida agitada y llena de actividades que solemos llevar, especialmente después de la llegada de los hijos, no queda otra que ponerse de acuerdo para encontrar los momentos más apropiados para hacer el amor, los que probablemente van a ser casi siempre los mismos, el mismo día, a la misma hora y en el mismo lugar. Así que una pareja que esté llevando a cabo ciertas prácticas y posiciones de un modo que les es satisfactorio a ambos, no tendría razones para tener que modificarlas. Las posibilidades de innovación o de idear formas de huir de la rutina, son generalmente finitas y muy acotadas (especialmente dentro de la vorágine de la vida actual), por lo que se agotan rápidamente. 

   
En este punto se puede retrucar que ¿cómo vamos a tener sexo si no tenemos ganas?. La respuesta está en que, si inician la actividad sexual aún sin deseo espontáneo, en la mayoría de los casos el deseo receptivo o reactivo se hará presente. Estamos así apelando a la capacidad de (auto)provocar(nos) la excitación. Recordemos que el mantener actividad sexual con cierta frecuencia favorece la conservación de las respuestas fisiológicas normales necesarias para su adecuado funcionamiento. Una actividad sexual frecuente eleva los niveles de hormonas sexuales (en los hombres la barba es más abundante durante los períodos en que en que está practicando una mayor actividad sexual) e, inversamente, cuando pasamos por momentos célibes o cuando nuestra salud está deficiente, los niveles de nuestras hormonas sexuales disminuyen, reduciéndose nuestra libido.




Pero volvamos a la ley de Fisher. Dado que nuestros organismos son maleables y el deseo sexual se ajusta a la frecuencia con que practiquemos los encuentros con nuestra pareja, es de suponer que, cuando se aproxima el momento en que estamos acostumbrados a tenerlos, nuestro cuerpo - previamente condicionado - se anticipe y empiece a sentir las ganas a priori, poniéndose en funcionamiento el sistema de recompensa apetitivo de nuestro cerebro, el del placer anticipatorio. (Como el deseo puede iniciarse al “pensar” en ello, cuantos más momentos dediquemos a fantasías o ensoñaciones eróticas, mayor será nuestra propensión cerebral a querer ese algo). En estudios tipo encuestas, la mayoría de los entrevistados que reportan estar muy a gusto con su vida sexual, afirman que la programan casi siempre en los mismos días y a la misma hora.        
Doidge, Norman / El Cerebro se cambia a sí mismo / 2008
Perel, Esther / La inteligencia erótica: claves para mantener la pasión en la pareja / 2007


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DISFUNCIONES SEXUALES. TERAPIA DE PAREJA SEXOLOGIA EN CANCUN .LLAMA 251 04 41










Disfunciones sexuales femeninas:
Vaginismo.


Es un espasmo o contracción, intensa y a menudo dolorosa de los músculos que rodean al conducto vaginal. En los casos más graves, la introducción del pene es imposible; en otros casos más leves los espasmos vaginales sólo dificultan la penetración o la hacen muy dolorosa –dispareunia-. Una vez descartada la causa orgánica, nos quedan sólo las causas emocionales o psicológicas. 


Disfunción orgásmica
La disfunción sexual orgásmica o anorgasmia es la dificultad o imposibilidad para alcanzar el orgasmo. Es una de las dificultades más habituales y existen variedades; algunas mujeres son capaces de obtener placer y orgasmos por medio de la masturbación y otras en cambio nunca han llegado a tenerlo. Las causas de la anorgasmia pueden ser orgánicas pero la mayor parte de los casos tienen una base psicológica y son consecuencia de problemas emocionales o sencillamente de una falta de aprendizaje. 
Falta de deseo sexual
Cualquier persona es vulnerable a presentar una falta de deseo sexual –deseo sexual hipoactivo- en cualquier etapa de su vida adulta. Este trastorno afecta a hombres y mujeres, y puede deberse a una variedad de causas orgánicas y psicológicas. Generalmente, la aparición y desarrollo de este tipo de sintomatología tiene sus orígenes en  la ansiedad, la depresión, las experiencias traumáticas o los problemas de relación.
  

Disfunciones sexuales masculinas:
Impotencia
En términos generales, la impotencia o disfunción eréctil es la incapacidad del hombre para conseguir una erección adecuada, tanto en fortaleza como de tiempo, que posibilite la penetración de la vagina, logrando así una culminación sexual satisfactoria junto con la eyaculación.  

Eyaculación Precoz
Se considera precoz a la eyaculación que se produce antes de que transcurra el tiempo necesario para satisfacer sexualmente tanto al hombre como a su pareja. En raras ocasiones este problema tiene una base orgánica, como determinadas enfermedades y condiciones físicas o neuronales, la ingesta de drogas o el glande demasiado sensible debido a una irritación. Por lo general, la eyaculación precoz surge por factores psicológicos o emocionales y de aprendizaje.

Eyaculación Retardada
Es una inhibición del reflejo eyaculador, por lo que el hombre se ve imposibilitado de eyacular total o parcialmente en un período más o menos prolongado, durante la relación sexual o mediante la masturbación. Las causas pueden ser psicológicas o emocionales, como el miedo a dejarse llevar por la relación, el temor al embarazo, la aprensión a ser dominado o a perder el control y a prejuicios morales, entre otras.
Falta de deseo sexual
Cualquier persona es vulnerable a presentar una falta de deseo sexual –deseo sexual hipoactivo- en cualquier etapa de su vida adulta. Este trastorno afecta a hombres y mujeres, y puede deberse a una variedad de causas orgánicas y psicológicas. Generalmente, la aparición y desarrollo de este tipo de sintomatología tiene sus orígenes en  la ansiedad, la depresión, las experiencias traumáticas o los problemas de relación.
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viernes, 25 de febrero de 2011

INTELIGENCIA SEXUAL EN PAREJA. EL CAMINO AL PLACER.


INTELIGENCIA SEXUAL. 
CAMINO AL PLACER.
Psict. Dyanna Meyer 


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Instintos y comportamiento
La sexualidad siempre nos ha parecido algo más bien ligado a los instintos que a la inteligencia, sin embargo durante el año 2002, la pareja de psicólogos Sheree Conrad y Michael Milburn, profesores e investigadores de la Universidad de Massachussets-EUA, introdujeron un revolucionario concepto, el cual desarrollaron en su libro “Inteligencia Sexual.” .
Para estos autores, la dimensión erótica de cada persona está determinada por su coeficiente de inteligencia sexual que constituye una zona determinada de nuestra capacidad intelectual, tan importante como la inteligencia emocional, descrita recientemente por el psicólogo Daniel Goleman y los otros nueve tipos de inteligencia :—lingüística, musical, naturalista, existencial, por mencionar algunas propuestas por Howard Gardner.


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Sabiduría

Las personas menos inteligentes sexualmente sufren mucho dolor y confusión en su vida sexual, en terapia de PAREJA he podido observar como se manifiesta el desapego y el resentimiento.
Pero no lo tienen todo perdido, ya que la sabiduría sexual es una facultad que se puede medir, cuantificar y sobre todo potenciar.
Ser sexualmente inteligentes —y tener una vida sexual mejor— no depende de la suerte, de la belleza o del sex appeal innato, sino de habilidades que las personas pueden adquirir, desarrollar y dominar con el tiempo.
Por consiguiente, la inteligencia sexual es algo a lo que todo el mundo puede aspirar razonablemente y trabajar para conseguir.
Este es un punto muy importante de partida, ya que  es posible aprender a disfrutar y crecer como buenos amantes y no quedarnos aburridos y amargados en el camino.

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Orientación al Sexo
Gran parte de nuestra existencia está orientada directa o indirectamente al sexo, pero paradójicamente, no todo el mundo consigue una estabilidad emocional en la vida sexual.
Muchísimas personas inteligentes conviven con pasiones que conducen al desastre o con una vida sexual frustrante e insatisfactoria o realmente inexistente.
 Se estudiaron en una clínica de la sexualidad en Bilbao España, los apetitos sexuales de 500 personas, desde adolescentes hasta jubilados, mediante un Test, que permite concretar el coeficiente sexual y de paso desvelar hasta qué punto una persona está contenta con su vida sexual.
Aproximadamente el 75% de los estadounidenses confiesa que el sexo es importante o esencial para su vida, pero al mismo tiempo, la mitad dice que constituye la causa de su estrés y otros están preocupados, porque no tienen relaciones eróticas con más frecuencia.

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Estoy preparando una serie de preguntas para aplicarlas en mi espacio de  trabajo que es Cancún, México. Para conocer  como es de importante el éste  tema entre  los mexicanos que habitan en zona de playa, zona turística.
Entre los investigados en otras latitudes, Europa y E. U.
Un elevado número de participantes manifestó sufrir algún tipo de insatisfacción erótica: el 42% mostró una falta de deseo sexual y bajo libido, el 57% declaró no poder tener un orgasmo y casi un tercio confesó que a veces no encuentra placentero el sexo.
En contra de lo que cabría esperar, las disfunciones sexuales no solo aparecen en personas mayores y parejas que llevan 20 años o más de convivencia.
 La juventud también es presa de la insatisfacción: para la mitad de las mujeres de entre 18 y 29 años, el coito resulta físicamente doloroso; el 33% de los hombres de la misma edad confesó tener problemas para lograr y mantener la erección; y algo más de la mitad era eyaculador precoz.
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Pilares
La Inteligencia Sexual reposa en tres pilares fundamentales. El primer componente del talento amoroso consiste en adquirir los conocimientos precisos para adentrarse en el placer.
Quienes son sexualmente inteligentes poseen información científica precisa acerca de la sexualidad humana, por la que se ocupan y enriquecen sus conocimientos y practican novedades, juegos y creatividad  en su conducta sexual.
Son cuidadosos de su relación en pareja. En su salud sexual , es decir no corren riesgos y se protegen. Salud es placer y ellos lo saben.
 Sólo a través de una adecuada educación sexual, es posible detectar y combatir algunos mitos y tabúes eróticos que están arraigados en la sociedad y que interiorizamos a través de la cultura popular, la religión y la familia.


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Descubrir nuestro propio sexo
Una vez liberados de las mentiras del sexo, el segundo paso hacia una vida sexual mejor se encuentra en descubrir nuestro propio placer y el que compartimos en pareja.
 Averiguar qué nos atrae y excita, qué preferimos y cuáles facetas de nuestra conducta erótica nos plantean dificultades.
Este pilar de la inteligencia sexual se denomina Conciencia del Yo Sexual Secreto, el cual alberga los verdaderos pensamientos, sentimientos y emociones que hacen que la vida amorosa sea más gratificante.
 Los auténticos deseos sexuales, quedan encubiertos con demasiada frecuencia por diversos motivos.
 El Yo sexual secreto puede verse condicionado de forma negativa por experiencias desagradables que ocurrieron en el pasado, por necesidades emocionales insatisfechas, o simplemente por mitos o imágenes falsas de la sexualidad humana que se difunden a través de los medios de comunicación.
Las personas sexualmente inteligentes son capaces de advertir, por ejemplo, cuando sus deseos eróticos están sustituyendo a carencias emocionales que no son sexuales, como la falta de autoestima, de seguridad, de poder o saben cuándo tienen relaciones sexuales simplemente porque se sienten solas. Para compensar esa carencia.
Digamos que el segundo pilar tiene que ver con las carencia emocionales y el erotismo sustitutivo.
Deciden pedir ayuda profesional adecuada si descubren que su forma de relacionarse no es sana. Porque sufren en ella o causan sufrimiento.

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El Yo erótico
El tercer y último pilar de la inteligencia erótica tiene que ver con la conexión con los demás.
 El sexo es cosa de dos, mantener una vida sexual enriquecedora implica a otras personas.
 Para adquirir una buena habilidad y dominio de la sexualidad, tanto en lo que se refiere a la relación de pareja como consigo mismo, hay que abrirse a los demás.
Una persona no alcanza un alto grado de inteligencia sexual hasta que domina ciertas habilidades sociales o interpersonales, que incluyen, entre otras cosas, la capacidad de hablar con la pareja sobre la vida sexual y de comprender el Yo erótico del amante.
La inteligencia sexual implica aprender a ser sinceros con nosotros mismos y con nuestra pareja, sobre quiénes somos y que necesitamos sexualmente.


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Caminos hacia el placer.
El camino hacia la satisfacción sexual no está únicamente en volvernos más seductores, ni en reprimir o dar rienda suelta a nuestros deseos y fantasías eróticas, o en aplicar a pies juntillas las técnicas y conceptos aprendidos en los libros de sexualidad.
Si no es una mezcla entre aprender a conocernos y aprender técnicas e innovaciones.
En identificar que emocionalmente nos impide SER sexualmente sanos y  creativos , que bloqueos emocionales existen para ocuparnos de optimizarlos.
La buena noticia es que siempre podemos mejorar nuestra inteligencia sexual, la clave parece ser aprender a conocernos y valorarnos, liberarnos del miedo y de la culpa, ser capaces de informarnos y aprender más acerca de la sexualidad, así como también descubrir que el sexo es mucho mejor cuando hay amor, apertura y respeto hacia la otra persona.
Reinicia una vida sexualmente inteligente. Si el fantasma temido de la inercia y el aburrimiento esta apareciendo en tu relación. Activate y pide cita¡¡¡ 251 04 41 En Cancún.
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